miércoles, 18 de mayo de 2016

Akelarre Mundial Contra Monsanto 2016

  En batalla usa lo ordinario para enfrentar al enemigo.
Usa lo extraordinario para asegurar la victoria


Sun Tzu


¿ACASO EL CIELO HABLA?

Cada ser humano es un ritual gratuito, un acontecimiento inútil y un enigma.


Ciertamente:
Hay una Madre de las madres
Encaramada a “Lo que no tiene límite…”
Si sabéis mirar por encima del cielo podréis verla
Con otros ojos
Que no son los de la sangre.

Aunque, claro está,
Más oculta y extraña
Susurrando lo oscuro entre las ruinas,
Hay también una Madre del Escondite:
Faro de múltiple doble
Que rebate la noche con los sueños;

Pero a mí:
Niño grande sembrado en el relámpago
La que me apasiona
(y a quien en cierto modo sirvo)
Es La Mortífera:
Negra que impulsa a prosperar
En la mortandad de las batallas;
Valga decir: sin santiguarse,
Como asume su juego el rayo
En la desmesura de su quiebre.

Este es el tiempo del despertar de las voces de la Tierra en los oídos humanos al grito de Ya Basta! Nosotxos somos ese grito. La llamada sale a encontrar las demás voces, que también dicen: Ya Basta! Todos juntxs una sola voz tan grande que derriba muros. Tan grande que hace el silencio en medio de tanto ruido. Ya Basta!

Somos la maleza rompiendo el cemento, reverdecer. Y somos las grietas en los muros, reverdecer. Somos las marejadas anunciando las tormentas por venir. El viento que se levanta. Somos la Tierra: el suelo mismo de la realidad, sacudiéndose, estremeciéndose, abriéndose bajo los cimientos. Somos la Torre, Atu XVI

Somos un millón de gritos en una sola voz plural. Somos las fuerzas de la Naturaleza desatadas. Somos la Mar saliéndose de sí misma. Somos los vientos arremolinándose, y las nubes en el horizonte. Negras tormentas agitan los aires…

Parecen olvidarlo, siempre quedará un recoveco, una alternativa creativa para rebelarnos y mostrar nuestra negación ante la miseria y degradación a la cual quieren someternos. Da igual cuánto uso de programación neurolingüística empleen en sus campañas publicitarias, cuánta bruma psíquica nos aceche entre las redes sociales y los medios de (des)información, cuántos giros intelectuales den en sus ideologías de laboratorio, cuál nuevo escándalo político acontezca –preparado, cocinado en las agencias como buena telenovela-: somos nosotrxs quienes tenemos la última decisión, quienes elegimos tomar la determinación de romper, cortar la baraja; es nuestra voluntad, lo más sagrado, lo que jamás podrán robarnos. Ni a través de la alienación del trabajo asalariado, ni mediante el déficit de vitaminas y minerales en los alimentos en probeta diseñados, ni bajo el encantamiento pusilánime de una nueva amenaza terrorista pueden controlarnos precisamente, porque somos animales humanos. Jamás perderemos nuestro instinto de supervivencia.

Ya pueden tunear nuestras calles, hacerlas lugares de efímero consumo en su proceso de gentrificación: habrá un día donde nadie tenga para adquirir, al igual que habrá un día en la mente de todxs nosotrxs, un mínimo instante en el que evocaremos nuestra infancia en los barrios, jugando libremente en las aceras, en las calzadas, junto a las fuentes, en los parques pero sobre todo, en los bosques. Si bien la nostalgia lleva a la depresión, recordemos que la depresión es rabia y quien siembra la miseria recogerá esta rabia.

No importa el número de personas que resistamos, no nos interesa ni las masas críticas ni demás teorías especulativas milenaristas, nos importa la Tierra la cual revivificamos, gozamos y trabajamos, con eso es más que suficiente. Nos importa la Tierra y todos los seres vivos que la habitan: por cada árbol talado, por cada animal no humano asesinado, por cada presx político secuestrado, por cada espíritu  tomado como rehén por la industria farmacéutica y un largo etc; por cada vida en el amplio sentido del término que se lleven por delante, estarán firmando su sentencia. No ha habido etapa histórica en la que no hayamos existido por mucho que nos asesinen o nos conviertan en la omisión planificada en sus libros de texto en la enseñanza, de un modo u otro volveremos. Porque somos la Resistencia, porque sin nosotrxs, no son nada, no existirían pues no hay ley física ni biológica en la que no estemos presentes a pesar de los giros neolingüísticos: basta con que exista una sola persona que sienta sensibilidad e identificación auténtica hacia el oprimidx, se comprometa socialmente y tenga claro dónde reside la dominación para resucitarnos, estando aquí y ahora. No somos venganza, somos la legítima  autodefensa contra la violencia física y psíquica del Sistema: la misma voz de un niñx que exige respeto y no ser tocadx cual objeto por un adulto sin su consentimiento, la misma fuerza de una hierba que brota de la nada en la obscuridad pétrea del asfalto, la misma destreza con la que una loba defiende a su manada y semejantes. 

Por segundo año consecutivo realizamos un grito de guerra, un llamamiento de acción ritual para enfrentarnos a la barbarie de Monsanto; aunque somos conscientes que la crueldad alienante habita bajo diferentes nombres -Bayer, TTIP, Coca-Cola, Nestlé, Fracking, Johnson & Johnson, Mc Donald’s etc- asumimos la iniciativa una vez más para consolidar el rechazo desde las calles, desde las manifestaciones que se realizarán a lo largo y ancho del planeta. Cada cual a según sus fuerzas y circunstancias, animamos desde la acción simbólica de rechazo hasta la acción mágica ritual de desacato ante tal egregor corporativo. Hace un año se levantaron las voces de la Tierra, ante el silencio impuesto y su contracara, el ruido. Una voz con sentido. Una voz con toda la fuerza colectiva.

Y han seguido haciéndolo, cada vez más. A todos los que quieran oír, a todos los presentes.  Volcanes, terremotos, marejadas, tornados, tormentas, animales muertos en masa. ¿Estamos escuchando? Estamos respondiendo.  La rueda del año ha vuelto a girar, una vuelta más de la espiral del tiempo, y nos volvemos a encontrar. Este es el momento de volver a unir nuestras fuerzas contra el enemigo común.

Ya todos sabemos qué hacer.

Es el momento nuevamente, la ocasión viene a nosotrxs, y nosotrxs nos levantamos a la altura de la ocasión. Es momento de atacar. Todxs juntxs.

Somos la fuerza de la Tierra levantándose. La sangre de todos nuestrxs antepasadxs, derramada sobre nuestros lugares de origen, corriendo por la misma agua eterna viajera. La presencia de todos los que vinieron antes que nosotrxs, y de todos los que vendrán después. 

Lo que suceda en estos años, en este tiempo, tiene profundas consecuencias por largo, largo tiempo por venir. Lo que pase en estas decadas, afectará decisivamente el devenir a largo plazo de nuestro mundo. 

No hay tiempo para esperar. 

Si la Tierra es envenenada, la brujería ha de responder. 

Es el momento de reunión, de la gran reunión de las tribus. 

El ataque es generalizado, a lo largo y ancho de todas las geografías. La respuesta ha de serlo también.

La extinción masiva de las formas de vida que constituyen la trama de la vida, animales, bosques, Los ataques a toda la vida de los oceanos continuan escalando, ¿cuántos derrames de petroleo tendremos que atestiguar?

Las voces de todos nuestrxs ancestrxs y de todxs lxs que vendrán después de nosotrxs, nos llaman a la acción, las voces de todxs los guardianes de los lugares sagrados, de los espíritus animales por todas partes cruzando al otro lado, de los últimos espacios de naturaleza salvaje. 


Una insurrección de dientes de león rompiendo el cemento. El Deseo colectivo es la fuerza motriz de nuestras realidades ¿Cómo es que le han hecho tal amarre? Es hora ya de desatarse. El Deseo colectivo bulle en silencio y en gritos, en cánticos, el Deseo colectivo grita, marcha, quema, se levanta. El Deseo colectivo produce imágenes, letras, signos, hechizos y acciones, rituales y canciones. El Encantamiento está hecho. Reverdecer. Recuperar toda la potencia para afectar la realidad que ha sido usurpada de las protestas populares. Todo esa energía colectiva, ha de manifestarse plenamente. Recuperamos nuestro mundo, recuperamos nuestra realidad. Acoplándonos con los millones de personas reunidas con la misma intención: desterramos a Monsanto de nuestra Tierra, cargamos con toda la magia la intención común. Que así sea. Cristalizamos todo el Deseo masivo, la rabia colectiva, vox populi vox dei, justicia popular a Monsanto, la Tierra hace justicia. Reverdecer.

La invitación es a acompañar a los millones y millones de personas que se reunirán en todo el mundo con la misma intención: Desterramos a Monsanto de esta Tierra. Que se haga la justicia de la Tierra, de la Vida. 

La guerra es constante, pero hay momentos para reunirnos y atacar juntos, todos juntos. Este es uno de esos momentos. 

Un solo gran pensamiento en la consciencia colectiva, una misma intención. Una sola Fuerza.

No estamos solxs: los espíritus desde las cuatro esquinas del mundo, todas las formas de vida que crecen en la Tierra y la Mar, todas las fuerzas salvajes de la Naturaleza libre, los ancestros y espíritus animales, los guardianes de los lugares sagrados, el Espíritu de la Tierra toda, está en nuestra misma lucha, está en pie de guerra, nos acompañan y levantan. Todos nuestros ancestros, y quienes vinieron antes de nosotrxs, y todos quienes vendrán después, están atentxs a lo que hagamos. Una sola Fuerza.

Las semillas están germinando. La maleza rompe el pavimento.

Considérate invitadx.